TONALÁ 01 botella
Pieza única de vidrio soplado de la colección Lost and Found de MALACARA, fabricada por artesanos en Tonalá, México. Tonalá es una ciudad reconocida por su artesanía y sus técnicas tradicionales, diseñada para celebrar el patrimonio de la artesanía mexicana.
MALACARA es un proyecto curatorial que reúne colecciones inspiradas en la cultura prehispánica mexicana en un contexto moderno. Creación 2024
Materiales: cristal incoloro soplado
Dimensiones: altura 27 cm, diametro maximo 13 cm
Opciones: pieza única
Descripción
Disponibilidad: 1 semana a 2 semanas
Transporte: envío por servicio prioritario paquetería a la dirección que elija. Transporte con seguro a todo riesgo
Mas información:
En la primavera de 2024, Ella y Fidel (MALACARA) viajaron a Tonalá, una ciudad industrial y centro de artesanía en Jalisco. Mientras caminaban por las calles, Ella se sintió abrumada por la diversidad de artesanías producidas y el talento de los artesanos. Pasaron por diferentes talleres, donde a menudo fueron recibidos y se les mostró el lugar. Muchos incluso les permitieron quedarse para observar la producción de algunas piezas. Fidel le comentó a Ella que generalmente las personas se acercan a los artesanos con diseños específicos y expectativas claras, lo que puede limitar la libertad creativa. Esta experiencia en Tonalá dejó muchas preguntas y pensamientos en sus mentes.
Al salir de Tonalá, ambos compartieron un fuerte deseo de trabajar con los artesanos, en un proyecto que permitiera abrazar su expresión creativa. Decidieron proponerles un proyecto: crear una pieza, sin requisitos formales de diseño ni especificaciones, simplemente una oportunidad para expresarse en la creación de un rostro. Al principio, los artesanos estaban confundidos y buscaban orientación; Fidel les dijo que no se preocuparen por el resultado, haciendo énfasis en el hecho de que las imperfecciones son una parte importante del proceso creativo y que todos los experimentos son hermosos. Cuentan una historia. Inicialmente, Ella pidió una sola pieza, pero continuaron experimentando y jugando con el concepto, lo que resultó en una colección de 14 piezas.
Al final, los artesanos compartieron videos, capturando momentos de risa sobre sus propias creaciones. Esto reveló una verdad profunda: crear por el simple placer de la creatividad es una tarea profundamente gratificante. La experiencia reafirmó su creencia de que el arte debe estar libre de las presiones de la comercialización. O al menos, todos deberían crear un espacio para expresarse con las herramientas que poseen. Abrazar el proceso y celebrar las imperfecciones conecta con la alegría pura de la autoexpresión. A través de este experimento, pudieron abrir nuevos diálogos y narrativas sobre cómo se producen las artesanías, mientras cultivaban un espacio para la exploración y la conexión.